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  • La Clínica IMQ Zorrotzaurre representa la evolución natural de la Clínica Vicente San Sebastián, que inició su actividad en el año 1953 como empresa familiar.

    El impulsor fue el insigne cirujano D. Vicente San Sebastián, a quien en agradecimiento a su labor profesional y humana se dedicó la clínica.

    El proyecto de su construcción se lleva a cabo bajo la dirección del arquitecto D. Luis Pueyo y en un primer momento la clínica dispone de tres plantas con 50 camas. Posteriormente la CVSS fue incrementando su capacidad hasta contar en el año 1979 con 115 habitaciones.

  • En 1980 se produce un hito importante en la historia de la Clínica, cuando la empresa de tipo familiar da paso a una organización más acorde al signo de los tiempos. IMQ, preocupado por conseguir una mejor atención sanitaria a sus clientes, decide, junto a otras entidades financieras, la compra de la Clínica.

    Así, se inicia un importante proceso de cambio con el desarrollo de un plan estratégico, que pasa por profesionalizar la gestión y acometer una serie de inversiones en infraestructura, equipamiento y alta tecnología, con el fin de poder ofrecer una medicina moderna y de calidad.

  • En el año 2007, la coyuntura económica de Grupo IMQ permitió afrontar el reto de elevar el nivel asistencial a una dimensión superior. Enmarcado en el proceso de reconversión de la zona de Zorrotzaurre, se decidió llevar a cabo la construcción de un nuevo centro asistencial de referencia que se convirtiese en el símbolo del proceso de transformación que está acometiendo el grupo.

    Bilbao lleva años apostando por la arquitectura emblemática como medio para mejorar la relación de los ciudadanos con el entorno y proyectarse en el exterior como una ciudad comprometida con el desarrollo y la modernidad. Por esta razón, el proyecto del edificio de la Clínica IMQ Zorrotzaurre nace con un alto nivel de exigencia estético pero aún más importante es la funcionalidad de la infraestructura, ya que el objetivo principal de la Clínica es mantener y perfeccionar la calidad asistencial ofrecida por IMQ.

    Con estas dos premisas, los arquitectos Carlos Ferrater y Alfonso Casares afrontaron el reto de diseñar un nuevo edificio que, además de ser un referente en el horizonte del nuevo Bilbao e integrarse perfectamente con el proyecto de reestructuración de la zona diseñado por Zaha Hadid, permite a los profesionales trabajar de forma más eficiente y a los pacientes recibir una atención sanitaria de máxima calidad.

  • La Clínica IMQ Zorrotzaurre complementa la labor que viene desarrollando la Clínica Virgen Blanca para, de forma conjunta, converger hacia un mismo proyecto asistencial y reforzar la excelencia en la calidad y servicio que IMQ quiere ofrecer a sus clientes.

    Este edificio se presenta, por lo tanto, como el buque insignia de la reestructuración integral en la que toda la organización está inmersa y que seguirá desarrollando para dar respuesta a las necesidades de todos los agentes sociales implicados: pacientes, sociedad y profesionales sanitarios.